Muy buenas!
Un año más, toca redactar sobre cómo ha ido -fotográficamente hablando- la temporada de verano. En general, por mi zona de campeo en Aragón, ha sido un verano muy flojo y muy escaso. De hecho, ha sido posiblemente uno de los veranos más escasos (fotográficamente hablando) desde hace bastante tiempo. Sin embargo, ni de lejos ha sido un verano de pocas fotos y pocas experiencias. Vayamos por partes...
Este año, la cosa empezó con muchas ganas, como de costumbre, pero con la gran libertad de tener autonomía para moverme por la zona. Y en una buena mañana de principios de julio, dando buena cuenta de ella, pude acercarme hasta Farlete para echar una sesión de fotos de carraca. Una especie que hacía años que se me resistía y que por falta de tiempo, nunca había podido hacer. Quiero agradecer, una vez más, a Borja Duarte por permitirme vivir esta experiencia.
Carraca europea · Coracias garrulus
Alguna tarde tocó probar suerte con las gangas, otro año más. Sim embargo, la temporada inició con abundantes lluvias que impidieron poder hacer fotos en varios días y empeoraron los escenarios de las balsas, que sumado a la poca colaboración de las gangas, resultó en unos días bastante poco productivos.
Chova piquirroja · Pyrrhocorax pyrrhocorax
Un buen 12 de julio, emprendí un viaje en tren hasta Madrid, donde esperaba un avión para pasar las siguientes dos semanas recorriendo toda Islandia en busca de aves. Este viaje, gestado desde el principio por Samuel de la Torre, tenía como objetivo fotografiar a algunas de las especies reproductoras más emblemáticas de la isla, además de alguna sorpresa más. El 13 de julio, de "madrugada" (puesto que no había noche como tal), llegamos a Keflavík y las primeras aves tardaron muy poco en dejarse ver.
Charrán ártico · Sterna paradisea
Ostrero euroasiático · Haematopus ostralegus
Al día siguiente, la actividad no cesó. En nuestro camino hacia el norte, en un un magnífico lago, echamos toda la tarde fotografiando numerosas especies en unas condiciones (si bien apestosas y húmedas) ideales.
Chorlitejo grande · Charadrius hiaticula
Colimbo chico · Gavia stellata
Aguja colinegra · Limosa limosa islandica
Archibebe común · Tringa totanus
Correlimos común · Calidris alpina
Un servidor pasando un "buen" rato fotografiando limícolas sobre el lodo mojado, maloliente y viscoso de una laguna.
Gaviota tridáctila · Rissa tridactyla
Gavión hiperbóreo · Larus hyperboreus
Durante los siguientes dos días, estuvimos adentrados en los Vestfirðir (fiordos del este), donde reinaba una calma y una pureza salvaje inexplicable. Los profundos fiordos de esta región se encontraban repletos de aves, así como algunos animales únicos que nos esperaban allí.
Frailecillo atlántico · Fratercula arctica
Alca · Alca torda
Pero sin duda, el mejor momento ocurrió llegando a esta zona. Uno de nuestros objetivos principales más codiciados durante este viaje, el zorro ártico, también era uno de los que menos expectativas teníamos en ver. Sin embargo, la cosa fue bien, muy bien. El primer zorro ártico nos esperaba a pocos metros de la carretera. Así fue con el segundo, y el tercero. Al final de estos dos días, fueron un total de 8 individuos de zorro ártico, que si bien fueron todos observaciones a media-lejana distancia, las vivimos con grandísima alegría.
Zorro ártico · Vulpes lagopus
Parte del equipo pajarero durante la observación del primer zorro ártico. Foto: Paula Alonso. De derecha a izquierda: Samuel de la Torre, Ricardo Rodero y un servidor.
En una observación llegamos a ver hasta tres ejemplares, dos de los cuales eran cachorros.
Los siguientes cuatro días, fueron quizá los más productivos de todos. Acomodados en las cercanías del lago Mývatn, las horas haciendo fotos a numerosas aves, no fueron pocas. Una de las primeras especies que nos permitió tener formidables momentos en su proximidad, fue el zampullín cuellirrojo, acompañados de otras aves alrededor.
Zampullín cuellirrojo · Podiceps auritus
Agachadiza común · Gallinago gallinago
Y unas pocas horas más tarde, pudimos disfrutar de un grupo de 3 colimbos grandes muy cerca nuestro. Escucharlos cantar y llamarse entre ellos mientras las cámaras casi echaban humo, junto con nuestra primera observación de halcón gerifalte instantes mas tarde, fue uno de los mejores momentos del viaje, sin lugar a dudas.
Colimbo grande · Gavia immer
Y para terminar de colmatar el día, los primeros porrones islándicos, patos haveldas y patos arlequines hicieron acto de presencia.
Porrón islándico · Bucephala islandica
Pato havelda · Clangula hyemalis
Al día siguiente, tocó hacer una salida para avistar ballenas. La tarde, muy animada, estuvo protagonizada por ballenas jorobadas, marsopas y muchas aves marinas.
Ballena jorobada · Megaptera novaeangliae
Pero para disfrutar de aves marinas, la mejor experiencia estaba por venir. Entrados ya en el círculo polar ártico, una mañana pudimos gozar de una de las mejores aves de toda Europa. y geográficamente, más difíciles de fotografiar. Un precioso ejemplar de mérgulo atlántico supuso el mejor momento del viaje y el protagonista de una corta (pero intensa) mañana entre miles y miles de aves marinas.
Mérgulo atlántico · Alle alle
Falaropo picofino · Phalaropus lobatus
Correlimos oscuro · Calidris maritima
De regreso ya hacia el sur, una rápida parada en una carretera de grava fue necesaria para poder fotografiar a un lagópodo alpino, especie que habíamos visto anteriormente pero de forma muy efímera.
Lagópodo alpino · Lagopus muta
Y aunque no tan efímera fue nuestra segunda observación de halcón gerifalte, todavía nos daba vueltas en la cabeza después de haber tenido a tal rapaz delante de nuestros ojos.
Halcón gerifalte · Falco rusticolus islandus
Con el viaje ya llegando a su fin, los últimos días estuvimos en compañía de más aves marinas... y no tan aves. Las focas fueron verdaderos protagonistas en la zona del glaciar Vatnajökull, y verlas nadando despreocupadas y curiosas entre pequeños icebergs fue una verdadera experiencia.
Zarapito trinador · Numenius phaeopus
Arao aliblanco · Cepphus grylle
Laguna glaciar
Barnacla cariblanca · Branta leucopsis
De vuelta por Aragón, la situación en la zona había empeorado más respecto a cuando marché. No sólo había llovido tanto que las balsas estaban completamente llenas (imposibilitando el poder esconderse en la mayoría de ellas, y en las que sí, con un escenario mucho peor y con las aves entrando a mayor distancia), sino que además, durante los siguientes 10 días sopló el cierzo sin parar. Con rachas de entre 25 y 40 kms/hora de media tanto por la mañana y por la tarde, fueron unos días bastante frustrantes debido al hecho de tener poco más de dos semanas antes de dar por finalizada la temporada de fotos de verano y marchar a Teruel y no poder siquiera el intentar hacer fotos.
Alcaraván común · Burhinus oedicnemus
Ganga ibérica · Pterocles alchata
Ganga ortega · Pterocles orientalis
Andarríos chico · Actitis hypoleucos
Andarríos grande, con deformidad en la pata comiéndose un Triops cancriformis
Perdiz roja · Alectoris rufa
Chorlitejo chico · Charadrius dubius
En este punto, a mediados de agosto tocó ir a la campaña de anillamiento del carricerín cejudo (Acrocephalus paludicola) en la laguna del Cañizar, en Teruel, un año más organizada por Javier Sanz. Pese a que la laguna estaba seca y la previsión era que hubieran muy pocas capturas, no fue del todo así. Con una variedad bastante buena, de 45 especies y más de 1900 aves anilladas, fue una estancia muy agradable. Y aunque el frío (tuvimos mañanas de escarcha y hasta 2,8ºC) y la ausencia de carricerines cejudos bajaba un poco los ánimos, no faltó ni entretenimiento ni ganas. Agradecer desde aquí una vez más a Javier por su buena disposición.
Abriendo redes por la mañana.
Collage de (casi) todas las especies capturadas.
Una vez de vuelta en Caspe, aunque cansado, las salidas para ver aves no faltaron. Si bien el campo estaba un poco desanimado, la presencia de mochuelos y otras aves era de agradecer.
Mochuelo europeo · Athene noctua
Y alguna sorpresa, un poco más grande que un mochuelo...
Lechuza común · Tyto alba
Haciendo balance, este verano, si bien escaso de fotos y un poco frustrante en ciertos momentos por Aragón, ha sido realmente enriquecedor. Conocer nuevos territorios, salir a diario por el monte, salir a anillar cada día durante dos semanas y observar aves, muchas aves, ha supuesto sin duda una experiencia inolvidable. Más de 200 especies de aves observadas, 18.000 fotos, más de 40 horas en hide, varios miles de kilómetros y muchas, muchas horas en el campo, son sólo un resumen de lo que han sido estos últimos dos meses.
Una vez más, agradecer a mi familia por su imprescindible apoyo, así como a todas las personas que hacen todo esto posible.
Hasta la próxima!