Enero, empezó el año con una escapada de un fin de semana al delta del Ebro.
Febrero prosiguió con un espectacular fin de semana por Monegros y alrededores disfrutando de alondras ricotís, mochuelos y otras pequeñas avecillas.
Marzo, fue un poco escaso. Algún día para buscar a las avutardas y sus majestuosas ruedas.
Abril, toda una semana santa dedicada a los sisones, con resultados escasos pero bastante satisfactorios.
Mayo, una experiencia increíble durmiendo con urogallos, un mes para cumplir sueños. Unos días más tarde, un pequeño viaje a Viena para visitar sus calles, y de paso, echar un rato con hámsters salvajes. Terminaron los exámenes finales de bachillerato; se cerraba un ciclo para recordar, en lo bueno y en lo malo.
Junio, menudo mes! A estudiar para la selectividad, lo mejor que pude y supe. Finalmente, con unas sensaciones bastante buenas al acabar los dichosos exámenes de acceso, empezaron las vacaciones con mis añoradas gangas en los Monegros.
Julio, otro sueño cumplido: viajar al extranjero únicamente por y para observar aves. Casi dos semanas rodeado de amigos, aves, increíbles paisajes y una experiencia única. A la vuelta, nuevamente un mes entero por tierras aragonesas. Y la noticia que llevaba tiempo esperando; al final del verano, empezaría mis estudios en la UAB, en un grado de Biología Ambiental. Había podido entrar a mi primera opción, con una nota bastante decente.
Agosto, seguían las vacaciones por el secano. Más gangas y algún bicho más... Para culminar el mes 10 días en la campaña de anillamiento del carricerín cejudo en Teruel. Otra experiencia memorable.
Septiembre, empezó la aventura en el mundo universitario. Inicios algo pesados, pero al fin y al cabo, bien acogidos. Terminó el mes con algunos días dedicados a una berrea más bien escasa.
Octubre, un mes bastante ajetreado y denso. Prácticamente sin aves, pero al fin y al cabo, era lo que me esperaría de allí en adelante.
Noviembre, otro mes bastante complicado. Exámenes y sin aves.
Diciembre, al fin llegaba un ansiado puente que precedería a un mes denso. No sin antes, aprobar el examen de anillador auxiliar. Se cerraba parcialmente una primera etapa. Terminaron los días festivos con una fructífera escapada al País Vasco para fotografiar aves forestales. A la vuelta, otro logro para la saca; aprobar el examen teórico de circulación y empezar las prácticas. Y finalmente, las vacaciones de navidad. Unas vacaciones en casa, estudiando para los exámenes finales de enero y realmente aburridas. Pero de enero a ahora, escribiendo un 31 de diciembre, sobre lo increíble que ha sido este 2022. Un año cerrando y abriendo muchas etapas. Un año complicado para la fotografía y las aves, pero con los tiempos libres para ello (a mi parecer) muy bien aprovechados.
Un año más de aprendizaje, de dar todo lo que he podido para mejorar en esta increíble afición y forma de vida. Muchas gracias a todos.
Cuando terminé la temporada de fotos de verano, ahí por agosto, tenía varios proyectos e ideas en mente para los siguientes meses. Sin embargo, los pocos días y escapadas que he ido haciendo hasta finales de año han sido realmente escasas y poco productivas, pues el calendario universitario dicta para qué hay tiempo y para qué no. Este año la berrea fue más bien decepcionante, y la meteorología no ha querido dar tregua aquellos días que he tenido libres para ir a probar suerte con las fotos. Habiendo terminado los primeros exámenes, contaba los días para llegar a un considerable puente de 9 días con toda la cabeza llena de planes...
Otro año más con una berrea mala... salvo esta foto como curiosidad, una hembra ladrando; Ciervo · Cervus elaphus
Empecé el puente echando un par de sesiones en el comedero de las collalbas, pero por desgracia, estas se desplazaron esta temporada reproductora no muy lejos del lugar. Mis sospechas van dirigidas a una hembra de roquero solitario que pese a haberla tenido justo encima del comedero varias veces, no se decidió a bajar. Sin embargo... un bonito macho de colirrojo tizón se adueñó del lugar. No bastaron más que dos días cebando para que empezara a bajar a comer a los segundos de cebar, estando a pocos metros de él... todo un descarado.
Colirrojo tizón (macho) · Phoenicurus ochruros
Una tarde un par de cabras monteses se prestó a posar unos segundos... como foto igual no tanto, pero como documento, es de interés constatar la expansión de los últimos años en Zaragoza.
Cabra montés · Capra pyrenaica hispanica
Una mañana pude echar un rato fotografiando alguna tarabilla europea. Hacía tiempo que quería hacer algo en condiciones de este pajarillo, pues pese a ser (especialmente en invierno) extremadamente común, es una especie realmente bonita. Un día con niebla, unos cardos y un ribazo de escenario... y más de una hora haciendo fotos. ¡Planazo!
Tarabilla europea · Saxicola rubicola
Alguna jornada, junto con Daniel Enfedaque y Javier Sanz, hicimos hueco en la agenda para poder coincidir y poner algunas cajas de lechuza y de mochuelo por nuestra zona. Cabe recalcar una vez más lo mucho que puede hacer una persona por la conservación de estas especies con algo de tiempo y ganas!
Un servidor revisando una de las cajas
Daniel subiendo la caja al poste
Cajas de mochuelo en majanos
Tras algunos días fructíferos poniendo cajas y preparando la temporada de cría 2023, en cuanto a fotos fue más bien bastante negativo. Comparado con el diciembre del año pasado, que fue acierto tras acierto, parecía que este año no iba a ser bueno... hasta que Daniel me propuso ir a echar una mañana haciendo fotos en el Parque Natural de Izki, en un hide gestionado por Augur Nature. Finalmente, un domingo (con prácticas en la universidad a las 9 de la mañana al día siguiente, evidentemente en Barcelona), salíamos desde Sástago a las 5:30 de la mañana. El día pintaba bastante bien, una ligera lluvia que luego fue sucedida por otra algo más moderada, nos regaló una mañana con unas luces realmente buenas. Y así empezó un espectáculo de 5 horas...
Camachuelo común · Pyrrhula pyrrhula
Trepador azul · Sitta europaea
Carbonero palustre · Poecile palustris
Carbonero común · Parus major
Pico picapinos · Dendrocopos major
Ardilla · Sciurus vulgaris
Herrerillo común · Cyanistes caeruleus
Comentando la jugada con Daniel, y pensando que no iba a entrar en lo poco que nos quedaba de sesión... el pico mediano hizo una rápida aparición que nos dejó el mejor momento de la mañana.
Pico mediano · Dendrocopos medius
Y para despedir... otro camachuelo!
Finalizada esta magnífica sesión de hide, no tengo palabras para expresar las sensaciones de esta experiencia. Agradecer a Ramón por su amabilidad y trato, pues es verdaderamente positivo tener unas especies y un escenario tan cuidado, con unas luces tan buenas y un hide tan cómodo y preparado. Personalmente no soy fan de los hides comerciales, pero de vez en cuando apetece ir a mesa puesta con especies que uno no puede prepararse en su zona, además de apoyar al turismo de naturaleza local y a pequeñas empresas que se dedican a una labor tan importante de divulgación. Recomiendo encarecidamente a cualquier persona que desee pasar una buena jornada echar al menos una mañana en este bonito lugar!
Dicho esto, y echando un poco la mirada de cara a los próximos meses, lo más probable es que las salidas al campo se queden bastante paradas por falta de tiempo y cuestiones académicas. Por ello, no se me habría ocurrido una mejor forma de cerrar este año. Hasta la próxima!
Como virtud o como defecto, si algo he tenido siempre es que he sido muy cabezón con aquello que me he propuesto y no he parado hasta conseguirlo. Desde hace varios años, he tenido varios objetivos respecto a la fotografía de fauna, con algunas especies en concreto que desde mis inicios me hacía mucha ilusión tener contacto. Así pues, en esta entrada narraré mis encuentros con un par de esas especies que, por su rareza y por mi fijación por ellas, poder disfrutar y fotografiarlas ha sido cumplir un sueño.
Empezaré con el sisón, una especie que me llevaba de cabeza desde hacía aproximadamente cinco años... Tiempo antes de semana santa, un día, sin más, se me cruzó por la cabeza que este año tenía que hacer el sisón, aunque me costara todos los días de semana santa. Y más o menos así fue, porque de hecho, por falta de tiempo y mala meteorología (y a pesar de tener a varias especies "a huevo"), es el único animal que fotografié decentemente. No voy a extenderme en detalles, e iré directo a los resultados... después de tres jornadas de madrugar, de despertarme antes de las 5:00 de la madrugada y estar ya preparado antes de que siquiera hubiera luz, entre cantos de alcaravanes, mochuelos, calandrias, los primeros cucos y las primeras codornices, con días de sol, con días de lluvia y con un total de unas 12 horas dedicadas a ello, salieron algunos resultados decentes. No tuve toda la suerte que podría haber tenido, pero me marcho más que satisfecho después de haber podido disfrutar de una forma tan especial a esta soñada especie.
En los Monegros es extremadamente raro ver a los sisones saltando. Con cantar cada cierto rato, desgraciadamente ya les vale.
También hubo algo de tiempo que dedicar a las primeras y escasas orquídeas espejo de venus...
Ophrys speculum
Y alguna foto "a salto de mata" durante la revisión de cajas nido.
Lechuza común · Tyto alba
Por otro lado, tiempo antes de semana santa, tuve también la suerte de fotografiar decentemente a las avutardas por primera vez. A una distancia más que prudencial, apenas unos segundos bastan para echar un par de fotos y alejarse algunos cientos de metros para observar la rueda con tranquilidad y unas avutardas completamente despreocupadas.
Ese mismo día también pude ver algunas aves bastante poco frecuentes en los Monegros, tales como los flamencos...
Flamenco común · Phoenicopterus roseus
O una pescadora que me pasó por encima viendo a las avutardas.
Águila pescadora · Pandion haliaetus
Pero sin ninguna duda, el premio del día fue para un aguilucho papialbo de segundo año que pude ver sobrevolando unas alfalfas.
Aguilucho papialbo · Circus macrourus
Y también una preciosa pareja de mochuelos. Me encantan!
Mochuelo · Athene noctua
A finales de mayo también estuve por Viena con unos amigos, y aunque fue un viaje por ocio turístico y no por fotografiar animales, una tarde me entretuve con algunos hámsters europeos a las afueras de la ciudad.
Hámster europeo · Cricetus cricetus
Y aquí viene la cuestión a la cual rinde tributo el nombre de la entrada... Hace ya unos cuantos años, en mis inicios, un primer contacto a través de El Hombre y la Tierra con el urogallo, fue suficiente para dejarme una gran fijación por esta especie. Intenté documentarme todo lo que pude sobre esta misteriosa especie. A partir de aquel momento, siempre rondó por mi cabeza la idea de algún día, poder ver de cerca a un urogallo. Y aquí interviene otro factor que a más de uno le podría parecer una tontería enorme; el hecho de haber encontrado rastros de urogallo en la cordillera Cantábrica hace ya varios años, encendió la chispa de la obsesión. ¡Aquella ave de cuento de verdad existía! Cuándo llegaría el momento de conocerla? No lo sabría hasta 6 o 7 años después.
A principios de año, conociendo ya el inmutable calendario de segundo de bachillerato, un curso ciertamente comprometedor, intenté cuadrar las fechas que me quedaban libres después de exámenes para intentar cumplir este sueño que llevaba dando vueltas a mi cabeza desde hacía tanto tiempo. Con suerte, se dio el caso, y quedó marcado en el calendario como el que probablemente sea el evento más esperado del año (de verdad os prometo que absolutamente cada día (y varias veces al día) desde entonces había estado pensando cómo sería el día de la verdad.
A finales de mayo, el día marcado, tocó subir al cantadero. El hecho de ir con una mochila con cerca de 16 kg montaña arriba con unos nervios terribles (sí, he de admitir que estaba terriblemente nervioso), culminó con la llegada al escenario de nupcias a las cinco de la tarde. Ese mismo día, con apenas luz, vi el primer urogallo de mi vida a una distancia algo lejana, pero suficiente para quedarme de piedra.
Urogallo pirenaico · Tetrao urogallus aquitanicus
No os mentiré si digo que probablemente este ha sido uno de los momento más esperados de mi vida.
Al cabo del rato de la fugaz observación, a cierta distancia igualmente, escuché el singular canto del urogallo, momento que se me quedará grabado a fuego en la memoria. Pasó una larga noche por delante, y a las 5:30 de la madrugada me desperté entre cantos de urogallos. Hasta 3 (y muy probablemente 4) machos llegué a diferenciar. No obstante, parecía que la mañana no iba a traer buena suerte fotográficamente hablando. Desde dicha hora, estuve escuchándolos largos ratos a cosa de 40 m de distancia; ninguno decidió bajar del lado de la ladera en la que estaban. El sol salió, y los cantos se hicieron cada vez menos frecuentes. Empecé a asumir que me volvería a casa sin una sola foto decente de urogallo... Completamente desanimado por esa parte, perdí las esperanzas, cuando de refilón, vi una silueta negra alimentándose en el suelo a unos pocos metros de donde estaba, en los últimos 50 minutos antes de abandonar el lugar. Con el corazón a mil, enfoqué hacia ese bulto que tanto me había hecho soñar... sí, tenía un macho de urogallo alimentándose tranquilamente de arandaneras y florecillas a cosa de 10 metros de mi. No sería el macho más agraciado del cantadero, tampoco el más galán (no decidió a exhibirse ni cantar en ningún momento, de hecho andaba cojo), pero sí el urogallo que me hizo cumplir un sueño de infancia de varios años atrás.
Y para finalizar esta memorable experiencia, he hecho un pequeño vídeo para mostrar la sutileza de los movimientos del urogallo durante su alimentación, en este caso, a base de arandaneras y pequeñas flores.
Una vez más, espero que os haya gustado esta entrada. Si pudiera definirse en una palabra, sería como "primeras tomas de contacto". Fotos mejorables? Sí! Pero llegar a la perfección es imposible, y pensar siquiera acercarse a ella a estas alturas, en mi caso, sería llevar la ambición a un extremo donde no llego. No obstante, en la vida hay que soñar. Porque cuando puedes cumplir esos sueños, por pequeños que sean, son un logro que queda grabado para siempre.
Habiendo finalizado ya bachillerato, y con nuevas oportunidades por delante que iré mostrando poco a poco por aquí, sólo queda disfrutar de lo que hay y se puede y dar una vez más las gracias a los lectores del blog.