miércoles, 21 de septiembre de 2022

Cumpliendo sueños

 Como virtud o como defecto, si algo he tenido siempre es que he sido muy cabezón con aquello que me he propuesto y no he parado hasta conseguirlo. Desde hace varios años, he tenido varios objetivos respecto a la fotografía de fauna, con algunas especies en concreto que desde mis inicios me hacía mucha ilusión tener contacto. Así pues, en esta entrada narraré mis encuentros con un par de esas especies que, por su rareza y por mi fijación por ellas, poder disfrutar y fotografiarlas ha sido cumplir un sueño. 

Empezaré con el sisón, una especie que me llevaba de cabeza desde hacía aproximadamente cinco años... Tiempo antes de semana santa, un día, sin más, se me cruzó por la cabeza que este año tenía que hacer el sisón, aunque me costara todos los días de semana santa. Y más o menos así fue, porque de hecho, por falta de tiempo y mala meteorología (y a pesar de tener a varias especies "a huevo"), es el único animal que fotografié decentemente. No voy a extenderme en detalles, e iré directo a los resultados... después de tres jornadas de madrugar, de despertarme antes de las 5:00 de la madrugada y estar ya preparado antes de que siquiera hubiera luz, entre cantos de alcaravanes, mochuelos, calandrias, los primeros cucos y las primeras codornices, con días de sol, con días de lluvia y con un total de unas 12 horas dedicadas a ello, salieron algunos resultados decentes. No tuve toda la suerte que podría haber tenido, pero me marcho más que satisfecho después de haber podido disfrutar de una forma tan especial a esta soñada especie. 




En los Monegros es extremadamente raro ver a los sisones saltando. Con cantar cada cierto rato, desgraciadamente ya les vale.







También hubo algo de tiempo que dedicar a las primeras y escasas orquídeas espejo de venus...

Ophrys speculum

Y alguna foto "a salto de mata" durante la revisión de cajas nido.

Lechuza común · Tyto alba


Por otro lado, tiempo antes de semana santa, tuve también la suerte de fotografiar decentemente a las avutardas por primera vez. A una distancia más que prudencial, apenas unos segundos bastan para echar un par de fotos y alejarse algunos cientos de metros para observar la rueda con tranquilidad y unas avutardas completamente despreocupadas.




Ese mismo día también pude ver algunas aves bastante poco frecuentes en los Monegros, tales como los flamencos...

Flamenco común · Phoenicopterus roseus

O una pescadora que me pasó por encima viendo a las avutardas.

Águila pescadora · Pandion haliaetus

Pero sin ninguna duda, el premio del día fue para un aguilucho papialbo de segundo año que pude ver sobrevolando unas alfalfas.

Aguilucho papialbo · Circus macrourus


Y también una preciosa pareja de mochuelos. Me encantan!

Mochuelo · Athene noctua


A finales de mayo también estuve por Viena con unos amigos, y aunque fue un viaje por ocio turístico y no por fotografiar animales, una tarde me entretuve con algunos hámsters europeos a las afueras de la ciudad.

Hámster europeo · Cricetus cricetus




Y aquí viene la cuestión a la cual rinde tributo el nombre de la entrada...  Hace ya unos cuantos años, en mis inicios, un primer contacto a través de El Hombre y la Tierra con el urogallo, fue suficiente para dejarme una gran fijación por esta especie. Intenté documentarme todo lo que pude sobre esta misteriosa especie. A partir de aquel momento, siempre rondó por mi cabeza la idea de algún día, poder ver de cerca a un urogallo. Y aquí interviene otro factor que a más de uno le podría parecer una tontería enorme; el hecho de haber encontrado rastros de urogallo en la cordillera Cantábrica hace ya varios años, encendió la chispa de la obsesión. ¡Aquella ave de cuento de verdad existía! Cuándo llegaría el momento de conocerla? No lo sabría hasta 6 o 7 años después. 
A principios de año, conociendo ya el inmutable calendario de segundo de bachillerato, un curso ciertamente comprometedor, intenté cuadrar las fechas que me quedaban libres después de exámenes para intentar cumplir este sueño que llevaba dando vueltas a mi cabeza desde hacía tanto tiempo. Con suerte, se dio el caso, y quedó marcado en el calendario como el que probablemente sea el evento más esperado del año (de verdad os prometo que absolutamente cada día (y varias veces al día) desde entonces había estado pensando cómo sería el día de la verdad. 

A finales de mayo, el día marcado, tocó subir al cantadero. El hecho de ir con una mochila con cerca de 16 kg montaña arriba con unos nervios terribles (sí, he de admitir que estaba terriblemente nervioso), culminó con la llegada al escenario de nupcias a las cinco de la tarde. Ese mismo día, con apenas luz, vi el primer urogallo de mi vida a una distancia algo lejana, pero suficiente para quedarme de piedra.

Urogallo pirenaico · Tetrao urogallus aquitanicus

No os mentiré si digo que probablemente este ha sido uno de los momento más esperados de mi vida.

Al cabo del rato de la fugaz observación, a cierta distancia igualmente, escuché el singular canto del urogallo, momento que se me quedará grabado a fuego en la memoria. Pasó una larga noche por delante, y a las 5:30 de la madrugada me desperté entre cantos de urogallos. Hasta 3 (y muy probablemente 4) machos llegué a diferenciar. No obstante, parecía que la mañana no iba a traer buena suerte fotográficamente hablando. Desde dicha hora, estuve escuchándolos largos ratos a cosa de 40 m de distancia; ninguno decidió bajar del lado de la ladera en la que estaban. El sol salió, y los cantos se hicieron cada vez menos frecuentes. Empecé a asumir que me volvería a casa sin una sola foto decente de urogallo... Completamente desanimado por esa parte, perdí las esperanzas, cuando de refilón, vi una silueta negra alimentándose en el suelo a unos pocos metros de donde estaba, en los últimos 50 minutos antes de abandonar el lugar. Con el corazón a mil, enfoqué hacia ese bulto que tanto me había hecho soñar... sí, tenía un macho de urogallo alimentándose tranquilamente de arandaneras y florecillas a cosa de 10 metros de mi. No sería el macho más agraciado del cantadero, tampoco el más galán (no decidió a exhibirse ni cantar en ningún momento, de hecho andaba cojo), pero sí el urogallo que me hizo cumplir un sueño de infancia de varios años atrás.








Y para finalizar esta memorable experiencia, he hecho un pequeño vídeo para mostrar la sutileza de los movimientos del urogallo durante su alimentación, en este caso, a base de arandaneras y pequeñas flores.



Una vez más, espero que os haya gustado esta entrada. Si pudiera definirse en una palabra, sería como "primeras tomas de contacto". Fotos mejorables? Sí! Pero llegar a la perfección es imposible, y pensar siquiera acercarse a ella a estas alturas, en mi caso, sería llevar la ambición a un extremo donde no llego. No obstante, en la vida hay que soñar. Porque cuando puedes cumplir esos sueños, por pequeños que sean, son un logro que queda grabado para siempre.
Habiendo finalizado ya bachillerato, y con nuevas oportunidades por delante que iré mostrando poco a poco por aquí, sólo queda disfrutar de lo que hay y se puede y dar una vez más las gracias a los lectores del blog. 

Un saludo a todos!

martes, 6 de septiembre de 2022

Verano 2022

Nuevamente, un año más, toca escribir sobre cómo ha ido el verano. Este año ha sido mi último curso de secundaria, por lo que el final de bachillerato y la selectividad, me han quitado bastante tiempo para poder dedicar tiempo a las aves. No obstante, esto ha repercutido muy positivamente (todavía más) en mis ganas de salir al campo. Y dicho y hecho... como era de esperar, me tenía que estrenar en mi añorada zona de campeo, los Monegros. Los primeros días, estrené la temporada con los alcaravanes y las gangas.

Alcaraván común · Burhinus oedicnemus

Ganga ibérica · Pterocles alchata



Andarrís grande · Tringa ochropus


Zorro · Vulpes vulpes





Paloma zurita · Columba oenas





Tórtola europea · Streptopelia turtur




Dejando las gangas a un lado... Una mañana me llevé una agradable sorpresa al ver una águila imperial, pues por los Monegros es una especie bastante ocasional. Pero lo que fue un verdadero bombazo fue ver otro ejemplar al poco rato, el cual hizo varias pasadas por encima de nosotros bastante cerca.

Águila imperial ibérica · Aquila adalberti

Otros pájaros...

Mochuelo europeo · Athene noctua


En este temprano punto del verano, tocaba hacer un punto y aparte. Por primera vez, iba a hacer algo que llevaba años deseando; un viaje dedicado única y exclusivamente a ver y fotografiar aves. Desde octubre de 2021, había estado gestando junto con Javier García, de Madrid, un viaje por Reino Unido, más concretamente por Escocia. En un principio parecía que habíamos reunido a un grupo de personas interesadas, pero por diversos factores, terminamos quedando nuevamente Javi y yo, y la cosa terminó un poco abandonada (de hecho, llegué a pensar que no podríamos ir). Sin embargo, Javi fue reuniendo a algunos colegas suyos de Madrid, configurando el grupo que fuimos un total de doce días a tierras escocesas: Samuel de la Torre, Aarón Santiago, Alejandro Gil, Javi y yo. 

Un rato antes de coger nuestro primer vuelo, el grupo posando frente a la cámara. De izquierda a derecha: Alejandro, Samu, Javi, un servidor y Aarón.

El primer día, aunque tuvimos numerosos e importantes problemas por los vuelos y algunas gestiones, pasó pronto. Al día siguiente, partimos hacia nuestra primera ubicación a primerísima hora (pues a las cuatro de la mañana, ya estábamos en marcha); Oban. Allí, esperábamos fotografiar algunos araos aliblancos que crían cerca del puerto. Fue un gran inicio de un gran viaje. 

Arao aliblanco · Cepphus grylle









Esa misma tarde, después de una intensa mañana fotografiando y observando los araos, cogimos un ferry y fuimos en dirección a la isla de Mull. Desde allí, tomaríamos rumbo hacia distintas ubicaciones. Al día siguiente, fuimos hasta el bonito pueblo de Tobermory para coger un barco que nos llevaría hasta las islas de Lunga y Staffa. A medida que nos acercábamos a las islas, se cerraba más y más la niebla, hasta el punto de apenas poder ver a unos metros de distancia. Por suerte, con el rato se fue diluyendo hasta dejarnos una vista simplemente impresionante.


Frailecillo atlántico · Fratercula arctica


Fulmar boreal · Fulmarus glacialis

Alca · Alca torda



Agachadiza común · Gallinago gallinago


Cormorán moñudo · Phalacrocorax aristotellis
















Por si el día no hubiera sido lo suficientemente productivo, al volver de las islas de Staffa y Lunga, fuimos a hacer una intentona al pigargo europeo en al lago (Loch) Na Keal. Y aunque no tuvimos suerte, pudimos gozar de la cercanía de algunas aves. En primer lugar, un ostrero euroasiático aguantando estoicamente la lluvia posó durante un rato con el plumaje lleno de gotas. Una estampa preciosa. Pero además, al cabo de poco rato, también tuve la ocasión de fotografiar a un chorlitejo grande en plumaje nupcial. Menudo día!

Ostrero euroasiático · Haematopus ostralegus


Chorlitejo grande · Charadrius hiaticula


Los bisbitas costeros también daban acto de presencia en prácticamente cualquier zona costera...

Bisbita costero · Anthus petrosus








Desde la isla de Mull, una mañana partimos hacia la isla de Iona en busca del guión de codornices. Esta especie cría de forma muy localizada en Reino Unido, limitándose a unas pocas islas de la costa noroeste. Nuestras expectativas se limitaban a sólo escucharlo, pero las sobrepasamos al llegar allí. Gracias a las indicaciones de una pareja de ancianos, llegamos a una zona donde escuchamos varios ejemplares. Pero nos llamó especialmente la atención uno de ellos que cantaba desde el lindero con un jardín, extremadamente cerca de nosotros y sin molestarle nuestra presencia. Sólo unos centímetros nos separaban de verlo, pero no quería mostrarse. Sin embargo, esto terminó sucediendo. Pudimos gozar durante algunos segundos de la cercana y despreocupada presencia de un macho de guión de codornices cantando en el jardín de alguien. Para mi, mientras escribo esto, fue el momento más emocionante de todo el viaje

Guión de codornices · Crex crex



El feliz equipo reunido minutos después de haber visto al guión en el jardín de atrás.



Volviendo de la isla de Iona, pudimos observar cómo una lechuza campestre sobrevolaba unos campos próximos a un campo, se lanzaba contra el suelo y se marchaba con un enorme topillo hacia su nido, además de algún pajarillo más.

Lechuza campestre · Asio flammeus

Zorzal común · Turdus philomenos


Para despedirnos de la isla de Mull, el último día hicimos un último intento para intentar ver el pigargo europeo, ya que en días anteriores nos había fallado (y hubiera sido un crimen irnos sin haberlo visto).
Nuevamente, fuimos al lago Na Keal para probar suerte. Mientras observábamos en busca de nuestro objetivo, al cabo del rato apareció una rapaz volando a lo lejos, que al girar, mostró su cola blanca dejando constancia de que era el ave que buscábamos. Al fin!
No obstante, poco rato después pudimos ver otros ejemplares; una pareja de adultos y un joven.

Pigargo europeo · Haliaeetus albicilla



Para terminar nuestro periplo por la costa noroeste, al volver de Mull fuimos directos hacia el norte de Escocia. Allí, nos esperaba una última experiencia rodeados de aves marinas. Una mañana fuimos a la isla de Handa, conocida por albergar la mayor colonia de arao de Reino Unido (más 50.000 aves) y numerosas parejas de págalo grande y págalo parásito. 
Aunque los álcidos quedaron apartados a un lado, fotográficamente hablando, observar la colosal y casi interminable colonia que llenaba todos los recovecos de los cantiles y peñascos de la isla fue absolutamente maravilloso. Por otro lado, los fulmares entretenían tal vista con sus interminables vuelos, y los págalos nos proporcionaron verdaderos momentazos a lo largo del recorrido, mostrando sus disputas vecinales (llegándonos a atacar para disuadirnos de las proximidades de sus nidos) y una gran tranquilidad pese nuestra presencia cercana, lo cual nos permitió observar al detalle a estas aves. Y por si no fuera suficiente, además, pudimos observar varios colimbos chicos, algunos de ellos incluso con pollos.

Págalo grande · Catharacta skua


Una de las paredes de la colonia, repleta de araos comunes (Uria aalge) y gaviotas tridáctilas (Rissa tridactyla).

Págalo parásito · Stercorarius parasiticus


Colimbo chico · Gavia stellata



















Correlimos común · Calidris alpina



He de reconocer que la isla de Handa superó con creces mis expectativas. El poder observar ambos págalos de cerca, además de los impresionantes cantiles repletos de los cuerpecillos de miles y miles de aves marinas apelotonadas, nos dieron a todos una vista inolvidable del norte de Escocia. Pero tocaba bajar nuevamente... y así lo hicimos. Ahora nos dirigíamos hacia las Highlands, para de allí, partir al Parque Nacional de los Cairngorms. 
Habiendo pasado un día de pajareo, una tarde fuimos a una zona de matorral para ver qué se cocía por allí. Al poco de estar en la zona, vimos un pequeño bulto en el borde de la carretera. Por la silueta y en tal zona, sólo podía tratarse de un ave; el lagópodo escocés, uno de nuestros objetivos principales. Y para más, se trataba de un pollo que se había desorientado y que al acercarnos se refugió en una cuneta.

Lagópodo escocés · Lagopus lagopus scotica

Pero el disfrute sólo había empezado... de poco en poco, íbamos parando porque asomaban cabecillas entre el matorral, cabecillas de nuestros amigos los lagópodos. Algunos de ellos iban acompañados con pollos, y así en poco rato llegamos a ver una veintena de ellos.





También pudimos observar y fotografiar una preciosa liebre de montaña...

Liebre de montaña · Lepus timidus

Al día siguiente, nos dirigimos hacia el Parque Nacional de los Cairngorms para buscar al escribano nival y el lagópodo alpino. En un principio, el día vaticinaba buen tiempo. Pero sin embargo, a medida que íbamos subiendo a las zonas alpinas del monte Cairn Gorm, los comentarios que habíamos leído y nos habían dicho acerca de la zona cobraban realidad; el tiempo allí arriba es completamente impredecible, cambiante e incluso bastante frío siendo verano (llegamos a tener una sensación térmica de 0ºC).
Mientras debatíamos hacia donde ir o por donde permanecer, vino a interrumpirnos un escribano nival. Pero al subir hasta el pico del monte Cairn Gorm (una de las montañas más altas de Reino Unido), fue un verdadero espectáculo ver cómo un macho alimentaba incansablemente a su pollo entre las rocas.

Escribano nival · Plectrophenax nivalis





Cuando digo que el tiempo era frío... creo que la foto habla por sí sola!



Y con estos escribanos, fotográficamente hablando terminó el viaje. En retrospectiva, una experiencia inolvidable y única. Para ser el primer viaje ornitológico que hacíamos los cinco, en cuanto a objetivos salió estupendamente. Fallaron muy pocas especies, y la mayoría de ellas las pudimos ver muy bien, haciendo un total de 121. 

Tras volver de Escocia, tocaba de nuevo ir al calor, al secano, a Aragón... Y como no podía ser de otra forma, tenía que ponerme nuevamente al día con mis añoradas gangas.




Algunas mañanas también hubo suerte con las rapaces... y los alcaravanes hicieron algunas apariciones.

Águila calzada · Hieareetus pennatus 



Aguilucho lagunero · Circus aeroginosus













Paloma torcaz y pito ibérico · Columba palumbus y Picus sharpei

Torcecuello común · Jynx torquilla







Una tarde de agosto pude ver un momento realmente emocionante... un pollo de avutarda siendo alimentado por su madre. Un rayo de luz para una especie con una situación y un futuro tan complicado en Monegros.

Avutarda · Otis tarda



Agosto no empezó con buen pie, marcado por un tiempo irregular y una actividad bastante baja de aves... pero unos diez días después de no haber hecho una sola foto, la suerte apareció en dos fructíferas mañanas, de las mejores de la temporada. Las gangas ya empezaban a mudar su precioso plumaje de primavera por el más disimulado y menos llamativo plumaje de invierno, o eclipse, pero seguían igual de bonitas.





Y la inequívoca señal de la crianza del futuro de la especie... Ver cómo una mamá ganga ibérica moja su pecho en el agua para llevar agua a sus pollos, es uno de los momentos más enternecedores, preciosos y esperados cuando fotografías gangas. Un momento que había deseado mucho tiempo retratar adecuadamente.


Y si primero le toca la hembra... el macho también tiene su turno.







En un año tan seco y caluroso como lo ha sido 2022, las fotografías a anfibios y reptiles han sido bastante escasas. Una mañana junto con Daniel Enfedaque, tuve el placer de conocer a Enrique Ruiz, Dan Blaj y Jaime Solanas, con quienes compartimos una agradable mañana dando un paseo por algunos aljibes.

Culebra bastarda · Malpolon monspessulanus

Algún día también probé a hacer alguna foto a los sapos de espuelas y alguna bastarda más...


Sapo de espuelas · Pelobates cultripes



Otras mañanas también estuve probando a hacer alguna sesión en el hide de la balsa forestal... 

Piquituerto común · Loxia curvirostra

Verderón común · Chloris chloris

Escribano soteño · Emberiza cirlus

Verdecillo · Serinus serinus



A finales de agosto, dejé de lado las fotos y me fui 10 días a una campaña de anillamiento intensivo en Teruel, coordinada por Javier Sanz. Dicha campaña iba enfocada a la captura y marcaje del carricerín cejudo (Acrocephalus paludicola), el ave más amenazada de Europa. Y aunque cogimos sólo un ejemplar, fueron días realmente intensos y entretenidos, tanto en capturas como en observaciones, llegando a ver  cigüeña negra, elanio... 

Un servidor sujetando un carricerín cejudo 

Sin pasar por alto la buena compañía (y todos los que vinieron y no salen en la foto)! 

De izquierda a derecha: Daniel, Javier, yo, Elsa, Noé, Vito, Marcos y José Antonio


Y hasta aquí podría resumir un poco lo que ha sido este verano. Ahora, en las puertas de la universidad, empieza una nueva etapa académica y personal. Sin embargo, la fotografía y las aves supondrán en todo momento una motivación imprescindible para seguir adelante con ganas, se ponga lo que se ponga delante. Y mientras tanto, daros las gracias una vez más por leer el blog. 

A todos aquellos que han contribuido a hacer de este verano una experiencia realmente memorable, muchas gracias. Desde Escocia, el Cañizar o mis habituales Monegros, de cada sitio me llevo innumerables recuerdos y buenos momentos. 

Un saludo.