Nuevamente, un año más, toca escribir sobre cómo ha ido el verano. Este año ha sido mi último curso de secundaria, por lo que el final de bachillerato y la selectividad, me han quitado bastante tiempo para poder dedicar tiempo a las aves. No obstante, esto ha repercutido muy positivamente (todavía más) en mis ganas de salir al campo. Y dicho y hecho... como era de esperar, me tenía que estrenar en mi añorada zona de campeo, los Monegros. Los primeros días, estrené la temporada con los alcaravanes y las gangas.
Alcaraván común · Burhinus oedicnemus
Ganga ibérica · Pterocles alchata
Andarrís grande · Tringa ochropus
Zorro · Vulpes vulpes
Paloma zurita · Columba oenas
Tórtola europea · Streptopelia turtur
Dejando las gangas a un lado... Una mañana me llevé una agradable sorpresa al ver una águila imperial, pues por los Monegros es una especie bastante ocasional. Pero lo que fue un verdadero bombazo fue ver otro ejemplar al poco rato, el cual hizo varias pasadas por encima de nosotros bastante cerca.
Águila imperial ibérica · Aquila adalberti
Otros pájaros...
Mochuelo europeo · Athene noctua
En este temprano punto del verano, tocaba hacer un punto y aparte. Por primera vez, iba a hacer algo que llevaba años deseando; un viaje dedicado única y exclusivamente a ver y fotografiar aves. Desde octubre de 2021, había estado gestando junto con Javier García, de Madrid, un viaje por Reino Unido, más concretamente por Escocia. En un principio parecía que habíamos reunido a un grupo de personas interesadas, pero por diversos factores, terminamos quedando nuevamente Javi y yo, y la cosa terminó un poco abandonada (de hecho, llegué a pensar que no podríamos ir). Sin embargo, Javi fue reuniendo a algunos colegas suyos de Madrid, configurando el grupo que fuimos un total de doce días a tierras escocesas: Samuel de la Torre, Aarón Santiago, Alejandro Gil, Javi y yo.
Un rato antes de coger nuestro primer vuelo, el grupo posando frente a la cámara. De izquierda a derecha: Alejandro, Samu, Javi, un servidor y Aarón.
El primer día, aunque tuvimos numerosos e importantes problemas por los vuelos y algunas gestiones, pasó pronto. Al día siguiente, partimos hacia nuestra primera ubicación a primerísima hora (pues a las cuatro de la mañana, ya estábamos en marcha); Oban. Allí, esperábamos fotografiar algunos araos aliblancos que crían cerca del puerto. Fue un gran inicio de un gran viaje.
Arao aliblanco · Cepphus grylle
Esa misma tarde, después de una intensa mañana fotografiando y observando los araos, cogimos un ferry y fuimos en dirección a la isla de Mull. Desde allí, tomaríamos rumbo hacia distintas ubicaciones. Al día siguiente, fuimos hasta el bonito pueblo de Tobermory para coger un barco que nos llevaría hasta las islas de Lunga y Staffa. A medida que nos acercábamos a las islas, se cerraba más y más la niebla, hasta el punto de apenas poder ver a unos metros de distancia. Por suerte, con el rato se fue diluyendo hasta dejarnos una vista simplemente impresionante.
Frailecillo atlántico · Fratercula arctica
Fulmar boreal · Fulmarus glacialis
Alca · Alca torda
Agachadiza común · Gallinago gallinago
Cormorán moñudo · Phalacrocorax aristotellis
Por si el día no hubiera sido lo suficientemente productivo, al volver de las islas de Staffa y Lunga, fuimos a hacer una intentona al pigargo europeo en al lago (Loch) Na Keal. Y aunque no tuvimos suerte, pudimos gozar de la cercanía de algunas aves. En primer lugar, un ostrero euroasiático aguantando estoicamente la lluvia posó durante un rato con el plumaje lleno de gotas. Una estampa preciosa. Pero además, al cabo de poco rato, también tuve la ocasión de fotografiar a un chorlitejo grande en plumaje nupcial. Menudo día!
Ostrero euroasiático · Haematopus ostralegus
Chorlitejo grande · Charadrius hiaticula
Los bisbitas costeros también daban acto de presencia en prácticamente cualquier zona costera...
Bisbita costero · Anthus petrosus
Desde la isla de Mull, una mañana partimos hacia la isla de Iona en busca del guión de codornices. Esta especie cría de forma muy localizada en Reino Unido, limitándose a unas pocas islas de la costa noroeste. Nuestras expectativas se limitaban a sólo escucharlo, pero las sobrepasamos al llegar allí. Gracias a las indicaciones de una pareja de ancianos, llegamos a una zona donde escuchamos varios ejemplares. Pero nos llamó especialmente la atención uno de ellos que cantaba desde el lindero con un jardín, extremadamente cerca de nosotros y sin molestarle nuestra presencia. Sólo unos centímetros nos separaban de verlo, pero no quería mostrarse. Sin embargo, esto terminó sucediendo. Pudimos gozar durante algunos segundos de la cercana y despreocupada presencia de un macho de guión de codornices cantando en el jardín de alguien. Para mi, mientras escribo esto, fue el momento más emocionante de todo el viaje
Guión de codornices · Crex crex
El feliz equipo reunido minutos después de haber visto al guión en el jardín de atrás.
Volviendo de la isla de Iona, pudimos observar cómo una lechuza campestre sobrevolaba unos campos próximos a un campo, se lanzaba contra el suelo y se marchaba con un enorme topillo hacia su nido, además de algún pajarillo más.
Lechuza campestre · Asio flammeus
Zorzal común · Turdus philomenos
Para despedirnos de la isla de Mull, el último día hicimos un último intento para intentar ver el pigargo europeo, ya que en días anteriores nos había fallado (y hubiera sido un crimen irnos sin haberlo visto).
Nuevamente, fuimos al lago Na Keal para probar suerte. Mientras observábamos en busca de nuestro objetivo, al cabo del rato apareció una rapaz volando a lo lejos, que al girar, mostró su cola blanca dejando constancia de que era el ave que buscábamos. Al fin!
No obstante, poco rato después pudimos ver otros ejemplares; una pareja de adultos y un joven.
Pigargo europeo · Haliaeetus albicilla
Para terminar nuestro periplo por la costa noroeste, al volver de Mull fuimos directos hacia el norte de Escocia. Allí, nos esperaba una última experiencia rodeados de aves marinas. Una mañana fuimos a la isla de Handa, conocida por albergar la mayor colonia de arao de Reino Unido (más 50.000 aves) y numerosas parejas de págalo grande y págalo parásito.
Aunque los álcidos quedaron apartados a un lado, fotográficamente hablando, observar la colosal y casi interminable colonia que llenaba todos los recovecos de los cantiles y peñascos de la isla fue absolutamente maravilloso. Por otro lado, los fulmares entretenían tal vista con sus interminables vuelos, y los págalos nos proporcionaron verdaderos momentazos a lo largo del recorrido, mostrando sus disputas vecinales (llegándonos a atacar para disuadirnos de las proximidades de sus nidos) y una gran tranquilidad pese nuestra presencia cercana, lo cual nos permitió observar al detalle a estas aves. Y por si no fuera suficiente, además, pudimos observar varios colimbos chicos, algunos de ellos incluso con pollos.
Págalo grande · Catharacta skua
Una de las paredes de la colonia, repleta de araos comunes (Uria aalge) y gaviotas tridáctilas (Rissa tridactyla).
Págalo parásito · Stercorarius parasiticus
Colimbo chico · Gavia stellata
Correlimos común · Calidris alpina
He de reconocer que la isla de Handa superó con creces mis expectativas. El poder observar ambos págalos de cerca, además de los impresionantes cantiles repletos de los cuerpecillos de miles y miles de aves marinas apelotonadas, nos dieron a todos una vista inolvidable del norte de Escocia. Pero tocaba bajar nuevamente... y así lo hicimos. Ahora nos dirigíamos hacia las Highlands, para de allí, partir al Parque Nacional de los Cairngorms.
Habiendo pasado un día de pajareo, una tarde fuimos a una zona de matorral para ver qué se cocía por allí. Al poco de estar en la zona, vimos un pequeño bulto en el borde de la carretera. Por la silueta y en tal zona, sólo podía tratarse de un ave; el lagópodo escocés, uno de nuestros objetivos principales. Y para más, se trataba de un pollo que se había desorientado y que al acercarnos se refugió en una cuneta.
Lagópodo escocés · Lagopus lagopus scotica
Pero el disfrute sólo había empezado... de poco en poco, íbamos parando porque asomaban cabecillas entre el matorral, cabecillas de nuestros amigos los lagópodos. Algunos de ellos iban acompañados con pollos, y así en poco rato llegamos a ver una veintena de ellos.
También pudimos observar y fotografiar una preciosa liebre de montaña...
Liebre de montaña · Lepus timidus
Al día siguiente, nos dirigimos hacia el Parque Nacional de los Cairngorms para buscar al escribano nival y el lagópodo alpino. En un principio, el día vaticinaba buen tiempo. Pero sin embargo, a medida que íbamos subiendo a las zonas alpinas del monte Cairn Gorm, los comentarios que habíamos leído y nos habían dicho acerca de la zona cobraban realidad; el tiempo allí arriba es completamente impredecible, cambiante e incluso bastante frío siendo verano (llegamos a tener una sensación térmica de 0ºC).
Mientras debatíamos hacia donde ir o por donde permanecer, vino a interrumpirnos un escribano nival. Pero al subir hasta el pico del monte Cairn Gorm (una de las montañas más altas de Reino Unido), fue un verdadero espectáculo ver cómo un macho alimentaba incansablemente a su pollo entre las rocas.
Escribano nival · Plectrophenax nivalis
Cuando digo que el tiempo era frío... creo que la foto habla por sí sola!
Y con estos escribanos, fotográficamente hablando terminó el viaje. En retrospectiva, una experiencia inolvidable y única. Para ser el primer viaje ornitológico que hacíamos los cinco, en cuanto a objetivos salió estupendamente. Fallaron muy pocas especies, y la mayoría de ellas las pudimos ver muy bien, haciendo un total de 121.
Tras volver de Escocia, tocaba de nuevo ir al calor, al secano, a Aragón... Y como no podía ser de otra forma, tenía que ponerme nuevamente al día con mis añoradas gangas.
Algunas mañanas también hubo suerte con las rapaces... y los alcaravanes hicieron algunas apariciones.
Águila calzada · Hieareetus pennatus
Aguilucho lagunero · Circus aeroginosus
Paloma torcaz y pito ibérico · Columba palumbus y Picus sharpei
Torcecuello común · Jynx torquilla
Una tarde de agosto pude ver un momento realmente emocionante... un pollo de avutarda siendo alimentado por su madre. Un rayo de luz para una especie con una situación y un futuro tan complicado en Monegros.
Avutarda · Otis tarda
Agosto no empezó con buen pie, marcado por un tiempo irregular y una actividad bastante baja de aves... pero unos diez días después de no haber hecho una sola foto, la suerte apareció en dos fructíferas mañanas, de las mejores de la temporada. Las gangas ya empezaban a mudar su precioso plumaje de primavera por el más disimulado y menos llamativo plumaje de invierno, o eclipse, pero seguían igual de bonitas.
Y la inequívoca señal de la crianza del futuro de la especie... Ver cómo una mamá ganga ibérica moja su pecho en el agua para llevar agua a sus pollos, es uno de los momentos más enternecedores, preciosos y esperados cuando fotografías gangas. Un momento que había deseado mucho tiempo retratar adecuadamente.
Y si primero le toca la hembra... el macho también tiene su turno.
En un año tan seco y caluroso como lo ha sido 2022, las fotografías a anfibios y reptiles han sido bastante escasas. Una mañana junto con Daniel Enfedaque, tuve el placer de conocer a Enrique Ruiz, Dan Blaj y Jaime Solanas, con quienes compartimos una agradable mañana dando un paseo por algunos aljibes.
Culebra bastarda · Malpolon monspessulanus
Algún día también probé a hacer alguna foto a los sapos de espuelas y alguna bastarda más...
Sapo de espuelas · Pelobates cultripes
Otras mañanas también estuve probando a hacer alguna sesión en el hide de la balsa forestal...
Piquituerto común · Loxia curvirostra
Verderón común · Chloris chloris
Escribano soteño · Emberiza cirlus
Verdecillo · Serinus serinus
A finales de agosto, dejé de lado las fotos y me fui 10 días a una campaña de anillamiento intensivo en Teruel, coordinada por Javier Sanz. Dicha campaña iba enfocada a la captura y marcaje del carricerín cejudo (Acrocephalus paludicola), el ave más amenazada de Europa. Y aunque cogimos sólo un ejemplar, fueron días realmente intensos y entretenidos, tanto en capturas como en observaciones, llegando a ver cigüeña negra, elanio...
Un servidor sujetando un carricerín cejudo
Sin pasar por alto la buena compañía (y todos los que vinieron y no salen en la foto)!
De izquierda a derecha: Daniel, Javier, yo, Elsa, Noé, Vito, Marcos y José Antonio
Y hasta aquí podría resumir un poco lo que ha sido este verano. Ahora, en las puertas de la universidad, empieza una nueva etapa académica y personal. Sin embargo, la fotografía y las aves supondrán en todo momento una motivación imprescindible para seguir adelante con ganas, se ponga lo que se ponga delante. Y mientras tanto, daros las gracias una vez más por leer el blog.
A todos aquellos que han contribuido a hacer de este verano una experiencia realmente memorable, muchas gracias. Desde Escocia, el Cañizar o mis habituales Monegros, de cada sitio me llevo innumerables recuerdos y buenos momentos.
Un saludo.
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