sábado, 4 de diciembre de 2021

Cosas de otoño

Buenas! 

Para evadirme un poco de esta semana de estudiar para los exámenes globales de principios de diciembre, he decidido hacer una entrada recopilatoria con las fotos y vivencias de entre verano y antes de las vacaciones de navidad. No son pocas, quizá más de las que en un principio había pensado. Para aquellos a los que os gusta más la lectura, en algunos puntos de esta entrada tendréis más texto que en la mayoría... y para aquellos que no, simplemente espero que os gusten las fotos!

Una de las primeras cosas que hice este otoño después de verano, fue ir a hacer fotos a las collalbas con las que había disfrutado durante agosto y septiembre. En verano había fotografiado bastante bien a un ejemplar juvenil, al macho y a la hembra, pero todos tres con un plumaje algo o bastante deteriorado. Una vez terminada la muda postnupcial, lucían su bonito y renovado plumaje de invierno... 

Collalba negra · Oenanthe leucura

Colirrojo tizón · Phoenicurus ochruros

Este otoño, como cada año, no falté a mi cita con la berrea. Comenzó más tarde que en años anteriores, pero en el momento en el que empezaron a berrear, la cosa prometía mucho. Sin pensármelo dos veces, tan pronto pude hice alguna sesión de hide. No obstante, así como empezaron a berrear tarde, acabaron pronto, también más que otros años. Y la suerte no acompañó mucho... Pese a varios madrugones y varios anocheceres, no saqué más que alguna foto de varetos y medianamente decente. En fin, habrá que esperar un año más (y eso que van ya más de 6 que digo lo mismo...)!

Ciervo · Cervus elaphus

Los últimos chotacabras del año no pueden faltar durante la berrea!




Una de las cosas que he hecho este otoño, -siendo posiblemente la que más me motivaba- fue construir al fin un escondite fijo en el monte. Después de miles de kilómetros recorridos y varios años, tenía bastante claro en qué zonas podía llevarlo a cabo. Finalmente, con pocas dudas respecto a ello, escogí uno de los sitios con más potencial que conozco. En esta balsa ya había pasado previamente muchas horas de hide, el problema es que al ir con uno portátil, las aves nunca terminaban de confiarse y posar adecuadamente. Habiendo planificado la hazaña con detenimiento, una mañana de octubre fui con mi padre y mi amigo Daniel hasta el lugar, y con la inestimable ayuda de ambos, fuimos manos a la obra levantando la humilde estructura. Un par de semanas más tarde fui a probar la primera sesión... y la verdad es que quedé bastante satisfecho. 


Piquituerto · Loxia curvirostra

Zorzal charlo · Turdus viscivorus


Estornino pinto · Sturnus vulgaris



Y algunas fotos del proceso del montaje del escondite...

 
No es como se empieza...

Un servidor cuadrando medidas...

Sino como se acaba! 


Por su parte, los piquituertos ya esperaban ansiosos por bajar a beber durante el montaje del escondite (de hecho, alguno llegó a satisfacer su sed a pocos metros de nosotros...).


Otros fines de semana sueltos, cuando la situación académica me lo permitía, fui más bien a pajarear y hacer fotos a otros pequeños habitantes del secano. Aprovechando que hacía poco había llovido, una mañana de noviembre fui a rescatar algunos sapos de varios aljibes de la zona. Sapos comunes, sapos corredores... pero la estrella de la mañana (y de la gran mayoría de ocasiones) fue el discreto sapo de espuelas.

Sapo de espuelas · Pelobates cultripes



Sapo común · Bufo bufo







De todo el otoño (y probablemente de toda mi vida, o al menos hasta ahora) uno de los hechos que pasarían al recuerdo como una de las mayores locuras ornitológicas que he llevado a cabo tuvo su culpa con un ave venida del norte. Muuuy al norte. A principios-mediados de noviembre, apareció un búho nival exhausto en una playa de Cantabria. Escape? Llegada natural? Los rumores empezaron a circular. El caso es que tal suceso era de una rareza extraordinaria, ya que el búho nival es una especie que habita en la tundra ártica y era la primera vez que se veía uno en España. Dicho ejemplar, el cual murió un día después, resultó no venir solo. Unos pocos días después, se vio otro individuo en Asturias, esta vez vivo y en un aparentemente excelente estado. Comoooorrr? La posibilidad de que fuera un escape perdía fuerza, y la probabilidad de que fuera un ave salvaje, cobraba más sentido. Pero sin duda, el colmo de esta situación fue la aparición posterior de un tercer ejemplar, también en Asturias. Muchas decenas, cientos de pajareros y fotógrafos fueron a observar al segundo ejemplar, el cual con los días se movió desde una zona periurbana hasta Cabo Peñas. Varios amigos fueron a verlo, y ver las fotos y las caras de felicidad, hacían reflejar la envidia en las de los que no podíamos asistir a tal espectacular evento. 
Desde un principio me mentalicé en que no iba a ir, porque era una locura hacer semejante cantidad de kilómetros y más sin tener a quien me llevara. Sin embargo, durante esos días de expectación, hablando con mi amigo Eric Mozas surgió la broma de ir a verlo. A veces, un "no tienes narices a..." tiene más fuerza que cualquier otro argumento para hacer algo a priori estúpido y de cierto nivel de surrealismo, tal como hacerse 1800 km en menos de dos días para ir a ver a un ave venida de la mismísima tundra. La cuestión es que sí, ganó el surrealismo y la locura pajarera. Un viernes 19 de noviembre salíamos desde Barcelona a las 23:00 h Jordi Sala y Salvador Cases (a quienes aprovecho una vez más para agradecer enormemente su amabilidad por llevarme). La tensión cada vez que se hablaba del búho nival era notoria, porque a nadie le gusta hacerse cerca de 2000 km en un fin de semana para ir a ver algo que resulta que ha desaparecido. Durante el recorrido, íbamos pasando por delante de mis más que conocidas y queridas zonas de campeo... Candasnos, Peñalba, Bujaraloz... quién iba a pensar que haría el mismo recorrido de siempre pero para ir mucho más lejos! 

El sábado, algo más tarde de las 9:00, fuimos a recoger a Eric a la estación de Gijón, ya que había venido en bus. Un rato antes, nos llegó la noticia de que lo habían visto esa misma mañana. Bingo!! No obstante, éste había sido espantado por un halcón peregrino, y hacía rato que no se veía. Al llegar y aparcar, no estábamos solos. 52 coches pude contar, todos aparcados como buenamente pudieron sus respectivos conductores. A medida que llegábamos, asomaban más y más observadores y fotógrafos. Una vez allí, conté 130 personas congregadas para ver a un búho que no asomaba ni la cabeza. A la media hora de estar allí, empezó a oírse un murmuro de que se veía. Buscando con los prismáticos, topé con él... no asomaba ni una cuarta parte de la cabeza! Sólo se veían unas pocas plumas, lo justo para identificarlo. Había cumplido mi objetivo, pero había valido la pena? Pues sí. Porque 3 horas después, se desperezó y asomó toda la cabeza completa. Una de las mejores experiencias de mi vida. No saqué buenas fotos... pero qué más da! Estaba viendo a un ave con la que todo el mundo ha soñado ver alguna vez; sus ojos ámbar, su disco facial del blanco más puro rodeado de motas negras, destacaba entre toda la roca de ese peñasco. Más de dos cientos metros nos separaban, pero era como si lo tuviera al lado...
Pocas veces he disfrutado tanto observando a un ave. No diría que sea una experiencia a repetir, pero desde luego, tal como he dicho al principio de este pedazo de texto (si es que alguien lo sigue leyendo), sí a recordar. 


Para despedir el día (o mejor dicho la mañana), tocaba una foto grupal con algunos de los amigos que nos habíamos concentrado allí... una parte del "comando totobío". 

De izquierda a derecha:  Aarón, Diego Montenegro, el twitch master Eric Mozas, el redactor, Víctor Escribano, Beñat Guevara, Andrés Alfaro (posando como todo un galán), Miguel Martín, Guillermo Eguidazu, Bruno García y en medio, Samuel de la Torre a la izquierda y el Sr. Javier García a la derecha.

Parte de la tropa desfilando en busca (exitosa) de bisbitas de Richard

Foto in situ. Os prometo que ese pequeño bulto de la izquierda es la cabeza del búho nival!

A las 18:00 del sábado salíamos Eric y yo de Gijón rumbo a Barcelona, ni 10 horas habíamos pasado en Asturias! La experiencia fue corta pero intensa. El viaje, de vuelta, más bien no. No fue ni corto ni intenso, sino largo de narices y más bien aburrido. En fin, el que algo quiere algo le cuesta! La llegada de nuevo a Barcelona el domingo a las 7 de la mañana fue como un cubo de agua fría en la cara. Haber pasado de estar en una de las mejores experiencias de tu vida a encontrarte rodeado de borrachos, vómitos e incluso deposiciones en el metro de Barcelona de camino a casa para intentar pegar ojo como dios manda... en fin, quién me mandaría a mi estar volviendo desde Asturias un domingo por la mañana!

¡Qué encanto tiene Asturias!


Para terminar esta entrada, toca hablar de una cosilla que me guardé durante la entrada de este verano... A finales de primavera/inicios de verano de este año, me salió la oportunidad de poder realizar una pequeña exposición de fotos en uno de los pueblos donde más horas paso y he pasado recorriendo su monte y campos y haciendo fotos; Peñalba. Durante verano, fui a colocar las fotos que detenidamente había seleccionado para ello, todas ellas tomadas en Monegros y alrededores. El objetivo principal que tenía con ésta era mostrar más de cerca la inadvertida y relicta fauna que habita en las proximidades del mundo rural. Sin duda, una de las coas que más ilusión me hacían y al final pude cumplir.




Pese a que las fotos ya no siguen, si algún día pasáis por Peñalba, la Posada (el local donde expuse) es un excelente y acogedor lugar para parar a echar el café. Agradecer nuevamente a Judith Lerin por su gran e inestimable ayuda!

Y hasta aquí esta entrada resumiendo las andanzas de este otoño y finales de verano. Algunas de las fotos que habéis visto no tienen más valor que el documental, ya que no es que hayan salido muy buenas fotos este otoño, precisamente. Pero por lo menos, sirven para narrar algunos de los mejores momentos 

lunes, 30 de agosto de 2021

Verano 2021

Buenas! 


Otro verano más pasado y sin haber faltado a mi cita con los montes y campos de tierras aragonesas. Empezaré con algunas fotos de antes de vacaciones, de algún fin de semana que pude salir previo a los exámenes finales y mientras hacía el trabajo atrasado de varios meses, tanto para preparar las fotos para el verano como para otras cosas... 

El hecho de haber estado completamente parado desde septiembre de 2020 (casi un año, que se dice pronto), hizo que no tuviera absolutamente nada preparado, así que en estas primeras escapadas tuve que ir a salto de mata... Mis citas con los chotacabras ya son algo habitual, pero lo que no fue habitual este fin de semana fue ver nada más ni nada menos que un mínimo de 52 ejemplares a lo largo de mi recorrido habitual! Hice algunas fotos, aunque no muchas, de algunos ejemplares. Pese haber sido un año muy bueno en cuanto números de chotacabras, sólo hice tres sesiones, con resultados buenos sólo en esta.




Una mañana fui a dar una vuelta por una de mis zonas favoritas, con la sorpresa de tener la oportunidad de fotografiar a un búho chico durante algunos momentos... pero la cosa no iba a acabar aquí.

Búho chico · Asio otus

Que quieres búhos chicos? Pues toma una taza! Más de 4 ejemplares se dejaron fotografiar unos días después a placer, mostrándose extremadamente confiados y despreocupados de mi presencia, pudiendo estar a poco más de 5 metros de ellos durante varios minutos y en varios lugares.





Los fines de semana siguientes fueron bastante intensos, pero no en cuanto a fotos, sino en cuanto empollar se refiere uno... una vez terminados los exámenes finales y así primero de bachillerato (qué rápido pasa el tiempo para lo bueno y lo malo!), ahora sí que empezaba el verano de verdad y en mayúsculas! Tras unas semanas de preparar un poco el panorama, el material y una planificación para mis ubicaciones habituales y las nuevas, sólo faltaba salir al campo a disfrutar todo lo que se pudiera. Las primeras sesiones no podían ser a otra cosa que a mis queridas esteparias...

Aunque de primeras no entraron gangas porque el tiempo no acompañó (viento, lluvia, poco calor...) me entretuve con otros habitantes de las balsas.

Chorlitejo chico (macho) · Charadrius dubius

Andarríos grande · Tringa ochropus

Chorlitejo chico (hembra) · Charadrius dubius

Y algunas sesiones de tarde también eché, que si bien es cierto que el calor de una tarde de verano no invita a tumbarse en una balsa, el resultado a veces (incluso más que durante las sesiones de mañana) es más que satisfactorio. 


Conejo · Oryctolagus cuniculus

Alcaraván común · Burhinus oedicnemus



Paloma zurita · Columba oenas


Las sesiones por la mañana suelen ser mejores para gangas, así que me centro más a ellas en aquellas balsas con mejor luz de mañana y escenario, mientras dejo las balsas con buena luz de tarde para los alcaravanes. Una mañana nublada fui a echar suerte y... plenazo total. No es por echarme flores, pero creo que los resultados saltan a la vista!

Ganga ibérica (macho) · Pterocles alchata








Corneja · Corvus corone






Y es que hay ocasiones en las que la suerte acompaña... luz, aves que colaboran y... distancia! Pero cuánta? Pues toda la que pueda ser! En esta sesión de tarde, me entró una pareja de ortegas tan cerca que el macho entró en el encuadre por los pelos y la hembra, pues ya diréis... si os digo que las fotos no tienen recorte, me creéis? 

Ganga ortega (macho) · Pterocles alchata



Ganga ortega (hembra) · Pterocles alchata



Chova piquirroja · Pyrrhocorax pyrrhocorax

Críalo · Clamator glandarius






Siempre es curioso ver cómo la vida se abre paso en cualquier lugar. Desde hace algunas temporadas, en una de las balsas más cercanas a casa que tengo localizada cría entre una y dos parejas de chorlitejo chico. En esta ocasión estaban sumamente alterados, persiguiéndose entre ellos y defendiendo cada uno su trocito de balsa. Me regalaron así unos buenos instantes para fotografiar.




Alguna sesión más en una de las balsas que mejores resultados me ha dado este año... empezó bien la cosa, pero terminó todavía mejor!


Tórtola europea · Streptopelia turtur




De vez en cuando, de tantas horas en el campo uno ve comportamientos de aves que llaman la atención por su relevancia o curiosidad. Fue el caso de este pequeño gorrión, que a su corta vida se vio desprevenido frente al ataque de una corneja y de dos picotazos de esta, terminó muerto. Todo mientras yo disparaba intensamente con mi cámara y se ve reflejado en las fotos, donde todavía ofrecía sus últimas resistencias para intentar escapar de una muerte segura e inminente.

Corneja negra · Corvus corone



Y una vez terminado el caos, de vuelta a la normalidad en la balsa...

















Las jornadas en el campo siempre se agradece que sean acompañadas de otras personas, y en esta ocasión salió una buena mañana con mi amigo Daniel. 







Siempre es emocionante la primera mañana de la temporada en la que ves a una ganga mojarse las plumas del pecho, porque sabes que eso significa que tiene un pollo o más al que cuidar y en ellos reside el futuro de esta maltrecha especie.


Hasta luego!



Culebra viperina (Natrix maura) devorando un renacuajo de sapo de espuelas (Pelobates cultripes)





Una mañana, esperando en una balsa a cualquier bicho que decidiera entrar, se hizo el silencio. Repentinamente, un azor se posó delante mío, en un lugar perfecto para hacerle fotos. Pero no llegué ni a tocar la cámara, porque tan pronto se posó, se fue volando. Al día siguiente, con la espinita clavada, hice otra sesión en el mismo lugar. Se hizo el silencio de nuevo, y todas las aves desaparecieron del lugar. En este caso, no obstante, bajó el primo del azor, un gavilán de segundo año. Nunca había pensado que fuera a hacer fotos de gavilán en mi zona en verano, porque es muy raro que no emigren y se queden por aquí para reproducirse, pero gracias a esta excepción, cerré la sesión de lo más contento.

Gavilán · Accipiter nisus





Y de vuelta a mis queridas esteparias de siempre...




Algunas mañanas fui a hacer fotos a unas collalbas negras que tengo localizadas desde hace varios años. La verdad es que tenía muchas ganas de volver a hacerles fotos, ya que hace unas temporadas, me brindaron unos momentos espectaculares. Empezó entrando sólo el juvenil de ese año (ya que la pareja era primeriza, tanto el macho como la hembra eran ejemplares de segundo año), y más adelante se fueron atreviendo los adultos, y cada día mejor. Quedé realmente muy satisfecho con ellas.

Collalba negra · Oenanthe leucura










Y de camino a las sesiones, donde las gangas andan siempre comparten hábitat con otras especies bastante interesantes que a menudo ofrecen sorpresas. La primera foto fue tomada dos semanas antes de las dos que precede, una sisona con dos pollos que crecieron de forma exitosa en un campo. No son grandes fotografías, pero sí una estampa que vale la pena preservar porque en muy poco tiempo, desaparecerá.

Sisón · Tetrax tetrax




Algunas mañanas fui de rescate por algunos de los más de 100 aljibes que tengo localizados por mi zona, y aunque no suelo sacar fotos porque normalmente hay trabajo y a medida que el día avanza el sol aprieta más y más, este año decidí priorizar los días más nublados para ir y poder aprovecharlo al máximo. El primero que revisé tenía un buen lagarto ocelado, o como dirían por aquí, un buen fardacho.

Lagarto ocelado · Timon lepidus


El segundo día de varios que revisé, sólo en el primero pude rescatar varios animales. Eso sí, no pocos... un total de 5 lagartos ocelados y una culebra bastarda. Y esto sin contar otro aljibe que revisé días antes de vuelta a casa, donde saqué un conejo y tres lagartos. Todo un sumidero!

Culebra bastarda (hembra) · Malpolon monspessulanus




Una especie a la que tenía muchas ganas de fotografiar bien era la lechuza, ya que hacía tres veranos que había estado intentando hacerlo y por fallos del equipo, o simplemente porque no entraban y no colaboraban, no había podido. Una noche al fin se alinearon los astros y la cámara se disparó, y aunque no sea la mejor foto de lechuza, yo estoy bastante contento.

Lechuza común · Tyto alba

Cuando uno recorre cientos, miles de kilómetros por el campo, a veces la vida le sorprende... Lo que puede parecer una mañana sin saber a dónde ir y terminar dando una vuelta cerca de casa sin ninguna esperanza, puede traerte verdaderos momentazos. Fue el caso de uno de los primeros días de agosto, donde encontré un buitre negro cuando menos me lo esperaba (por el Bajo Aragón-Caspe son ciertamente infrecuentes), pero sin duda lo más sorprendente e increíble de todo, fue el rato que lo tuve delante y lo bien que se portó. No todos los días se tiene a un buitre negro salvaje (y fuera de su zona de distribución) a pocos metros, sin hide y sin cebo!


Buitre negro · Aegypius monachus








Algunas de las últimas sesiones en tierras aragonesas de esta temporada, fueron al martín pescador. Tenía muchísimas ganas de fotografiar bien a esta especie, probablemente fuera de las que más. Y aunque los resultados que obtuve son mejorables, me quedé muy satisfecho con ellos.

Martín pescador · Alcedo atthis





Llegada a su fin mi estancia en mi segundo hogar en tierras aragonesas, después de un verano de lo más fructífero y satisfactorio, tocaba ir al sur. Lo que allí me esperaba es algo que ni de lejos pensaba que fuera a hacer este año... prosigo.
En las trabajadas tierras de Castilla la Mancha, esas donde los molinos eran gigantes que retaban al pintoresco Quijote, donde los encinares son comunes y se respira un ambiente mediterráneo, en los últimos años han empezado a llegar unas joyas que se han recuperado después de estar al mismísimo borde de la extinción. Estas joyas, gatos con las orejas adornadas de penachos y barbas que cuelgan a los lados, son los ejemplares de lince ibérico que contra viento y marea, han conseguido hacerse un hueco en su reto a la recolonización de su territorio perdido hacía décadas. Tuve la enorme suerte de pasar una mañana en una finca haciendo fotos, con unos resultados más que aceptables.

Lince ibérico · Lynx pardinus



Mirlo común · Turdus merula





Gorrión moruno · Passer hispaniolensis







Estornino negro (mudando) · Sturnus unicolor

Paloma torcaz · Columba palumbus

Pito real ibérico · Picus sharpei









Terminada esta fantástica experiencia, la cosa no terminaba aquí. Ahora tocaba ir rumbo a Toledo, a fotografiar otra especie con el apellido "ibérico" que al igual que el lince, también estuvo al mismísimo borde de la extinción. A medida que avanzábamos, los campos de cultivo de hortalizas, se convertían en montes adehesados que cada vez se tupían más bajo la sombra de la sierra de Gredos. El hábitat predilecto de la majestuosa águila imperial ibérica. Fue llegar al lugar, ubicarse y ver a los primeros meloncillos que hacían su aparición entre el monte mediterráneo.

Meloncillo · Herpestes ichneumon


Rato después, una pequeña silueta de hombros blancos, se hacía más y más grande a medida que se acercaba. El corazón a mil, con los nervios por los cielos y una espectacular águila imperial ibérica a pocos metros de mi. La sensación de algo así es indescriptible, pero las fotos sirven de ejemplo de la majestuosidad de este precioso animal.

Águila imperial ibérica · Aquila adalberti














Y un ratonero, que al lado de la imperial parece un simple gorrión jejeje

Ratonero común · Buteo buteo


Sin duda, otra experiencia que acababa de rematar esta fructífera estancia en tierras manchegas. Agradecer a José David por su amabilidad y su atención.

Vuelvo atrás en el tiempo. A finales de mayo, empecé a hacer los preparativos para este verano. Ir a revisar y localizar nuevas ubicaciones, ir a revisar las balsas que tengo controladas, las especie que llevaba en mente... Fueron saliendo oportunidades para ir a otros sitios, y la ocasión no lo desmerecía, porque hacía dos años que no salía de Aragón en verano. He terminado este verano haciendo gangas, alcaravanes, sisones, lechuzas... hasta un buitre negro, sin siquiera salir del término municipal del pueblo! Pero haber podido ver y fotografiar un lince y águilas imperiales, es algo que no imaginaba que fuera a hacer.
190 especies de aves vistas; más de 13.000 km en coche; 72 horas de hide y muchos madrugones, muchos días de llegar tarde a casa y muchas experiencias nuevas vividas.
No me queda otra que agradecer a mi familia, que sé que me estarán leyendo, por haberme permitido todas estas oportunidades en el que, hasta ahora, es el mejor verano que he tenido. El verano que viene ya seré mayor de edad, y para lo bueno o lo malo, nuevas oportunidades surgirán. Hasta ese entonces, muchas gracias a los pocos lectores que queda por esta plataforma, un abrazo y salud.


Hasta "la vista"!