Entre semana santa y el ya cercano fin de curso, he ido dando algunas vueltas por mi zona habitual de campeo en los Monegros y otros lugares. La productividad en cuanto a fotos ha sido bastante baja, pero eso ha servido para poder invertir más tiempo en ir preparando algunas cosas de cara a verano.
Después de semana santa, hice una pequeña escapa de fin de semana al Pirineo que tenía planeada de tiempo atrás. No fue especialmente fructuosa (en cualquier caso, menos de lo que querría), pero aun así fueron un par de buenos días en compañía de mirlos capiblancos, verderones serranos y otras aves forestales y alpinas.
Herrerillo capuchino · Lophophanes cristatus
Verderón serrano · Carduelis citrinella
El regreso a tierras aragonesas fue probablemente antes de lo que tenía previsto. Después de mi cumpleaños, decidí tomarme unos días libres para intentar atar algunos cabos sueltos que habían quedado de semana santa.
El primero y en el que me centraré aquí, fue el de fotografiar a los sisones saltando en los Monegros. Tengo una premisa personal, y es que no voy a ningún hide comercial de ninguna especie que no pueda fotografiar por mi propia cuenta. Aunque no se vea, opino que el mérito que tienen las fotos detrás es muy importante para disfrutar haciéndolas. Y de hecho, este año hice muy buenas fotos de sisón en mi zona de campeo. Sin embargo, hay un pequeño problema: por donde yo me muevo, los sisones no saltan. Y siendo un comportamiento que tenía muchas ganas de observar y fotografiar, me desplacé más hacia el noroeste de la comarca, donde quedan ejemplares que practican esta parada nupcial, para echar una mañana con Hides de Monegros. Quiero agradecer nuevamente desde aquí a Borja por su atención y hospitalidad, pues fue una mañana realmente agradable.
Y si con los incesantes saltos y cantos de los sisones no había quedado claro, los cernícalos primilla estaban dispuestos a mostrarnos que la primavera, la sangre altera.
Cernícalo primilla · Falco naumanni
Y de pollos va la cosa! Una tarde fui en busca de búhos chicos, y aunque ningún adulto se dejó ver, un gracioso y sorprendido polluelo no tuvo más remedio que posar. Y al día siguiente, tocó una breve jornada de anillamiento en uno de los últimos nidos de búho real de la temporada.
Búho chico · Asio otus
Búho real · Bubo bubo
Un par de semanas más tarde, el pollo de búho chico estaba ya bastante más crecido.
Y ya para terminar, un fin de semana sumido en una intensa revisión de cajas nido, tanto de lechuza como de carraca, culminó con el anillamiento de un par de pollos de águila real.
Águila real · Aquila chrysaetos
Así es como se ve una garra de pollito sobre una mano humana (no pequeña precisamente...)
La próxima entrada será ya para finales de agosto, narrando un poco cómo ha ido la inminente temporada de fotos de verano por tierras monegrinas, un año más. Hasta entonces, queda un último empujón para finalizar el trimestre y cambiar definitivamente de aires por un par de intensos y calurosos meses (acompañados de más y mejores fotos). Hasta entonces... ¡Hasta la próxima!
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